lunes, 31 de agosto de 2009

Lo que es pa' perro no se lo come gato!

Ese día los Astros estaban ubicados en la posición exacta, todo conducía a que tendría que conocerla, cada detalle determinaba que el destino así lo deseaba (el destino y yo) y como dice el dicho, lo que es pa’ perro no se lo come gato!

Estaba sentada frente a mi PC cuando imprevistamente sobresaltó una ventana de Messenger en la que se visualizaba claramente “Hola”; yo, sin detenerme a pensar quién era la persona que había interrumpido tan abruptamente mi tranquila mañana, contesté de inmediato “Hola, quién eres?” y ella, con la suavidad que le caracteriza me indicó a detalle quién era y de donde nos contactamos.

La conversación fue fluyendo de forma tan agradable que no dudé en mostrarme en la cámara para que ella también lo hiciese. Y pensar que estuve dispuesta a rechazarla  cuando le pedí que pusiera su Cam y me dijo que no tenía cámara en ese equipo; me enojó mucho el hecho de no querer mostrarse,  pues pensé que seguramente todo lo que había dicho era falso y que pretendía empezar un tonto jueguito conmigo, así que rápidamente le dije que hablábamos otro día. Pero los astros seguían alineados, no hay duda de ello, porque sin titubear ella me dijo que la esperara un momento mientras se cambiaba de PC.

No recuerdo exactamente cuánto tiempo pasó desde que empezamos a hablar hasta ese momento, lo que sí recuerdo con mucha claridad es esa sensación de satisfacción, placidez y hasta cierto placer cuando le vi la cara por primera vez. Qué mujer más linda, cual doncella de novela medieval, con una expresión suave y natural que provoca mirar y saborear. En ese instante me detuve a detallarla, ella ni lo notó, pero no le quité la mirada de encima, me parecía increíble haber encontrado una niña tan linda a través de un medio como este; por experiencia sé que casi nada de lo que se ve o escribe en una conversación de chat es verdad. Sin embargo esto era real, me había encontrado un boleto de lotería que prometía muchísimo, aunque de ahí a ganármelo distara bastante. 


Pasados pocos minutos recuerdo bien la enorme desilusión cuando descubrí que vivíamos en ciudades distintas y que muy a mi pesar, posiblemente podríamos no conocernos ya que no tenía planeado viajar a su ciudad; pero para no perder contacto con ella le mentí diciendo que tenía un viaje proyectado a la ciudad donde ella vivía y que nos conoceríamos allá.

Francamente no sé cómo se me ocurrió decir semejante mentira, sobretodo que pocas veces uno se inventa un viaje y lo lleva a cabo; entonces pensé, para medio enmendar el error, en hablar con mi esposo y comentarle lo que había sucedido porque él siempre me auxilia en estos casos. Definitivamente, creo, la alineación de los astros era perfecta puesto que mi esposo escuchó todo lo que tenía por decirle y su respuesta fue " organiza el viaje". No lo podía creer, de no tener la más mínima esperanza de conocerla pasé a  casi lograrlo y todo gracias a una mentirilla piadosa.

Así funciona el destino, cuando las cosas van a suceder sencillamente suceden, no obstante pasaron algunos meses antes de poder hacer mi fantasía realidad.

1 comentario:

JP dijo...

Hola

Bien interesantes tus relatos.

Por aqui conociendo un poco mas.

Abrazos y adelante con esas historias!

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